En
cada país, región o cultura existen leyendas urbanas. En nuestro país,
Argentina, existen algunas muy conocidas y otras no tantas. Hoy, en esta cuarta
y última entrega de historias y leyendas especial de Halloween, he recopilado
cuatro de ellas. Cabe aclarar que, a diferencia de las anteriores, estas
leyendas no son inventadas por mí, sino que son leyendas que se cuentan a lo
largo y ancho del país. Sin más nada que añadir, comencemos.
Zupay o Supay: es la versión nacional del
diablo. Puede presentarse de diferentes maneras, tales como de forma humana
(hombre, mujer, niño/a, anciano/a), árbol o remolino. Según se cuenta en el
norte del país, se presenta como gaucho o jinete de posición socio económica
alta, vestido de negro y con buenos modales. Aquellas personas que se lo han
topado, cuentan que anda por pueblos y campos en búsqueda de quienes quieran
vender su alma a cambio de bienes materiales. Para poder saber que nos
encontramos ante su presencia, hay que prestar mucha atención al fuerte olor a
azufre o carbón que emana.
Lobizón: es el séptimo hijo varón de una pareja. Cambian algunos detalles dependiendo de la región. Su metamorfosis ocurre durante la noche de brujas (oros afirman que es cada viernes) justo a las 12 de la noche. Un rato antes, busca refugio en el monte y, a las 12, se quita la ropa y, mientras reza un credo al revés, da vueltas sobre sí mismo (depende del relato, algunos dicen tres, otros siete, otros dicen que lo hace sin rezar). El efecto dura hasta el primer canto del gallo. La forma de matar al lobizón es con una bala bendecida o con un arma blanca (también dependiendo de la versión de cada lugar). Al momento de ser atravesado por la bala o el arma blanca, la bestia desaparece para recobrar su forma humana. En 1973, se crea en Argentina el decreto 848 conocido como Ley de Padrinazgo Presidencial el cual, siguiendo con la tradición previa, dictamina que el presidente de la nación, sea quien fuese al momento de nacer el niño, deberá apadrinarlo para evitar que sea apedreado.
La dama de blanco: Parte de esta
historia seguramente la han escuchado una y otra vez. Si bien se trata de una
historia que se repite en muchos países, aquí les cuento la versión argentina
de esta leyenda que tiene como lugar en el Cementerio de la Recoleta de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se trata nada más ni nada menos que del
fantasma de la hija del reconocido escritor Enrique García Belloso, quien murió
a los 15 años de edad a causa de la leucemia que padecía desde hacía poco
tiempo. La madre de la joven mando a construir una tumba de mármol blanca.
Durante días y noches, la madre permaneció en el lugar.
Se
cuenta que, hace tiempo atrás, un joven estaba junto a sus amigos bebiendo en
un bar cuando entro una mujer hermosa y vestida
de blanco. Ambos, comenzaron a charlar y tomaron algo juntos. Al rato, la
muchacha comenzó a sentir frio y el, generosamente, le presto su campera. Al
llegar a la esquina del Cementerio de la Recoleta, cada uno va por su lado y él
le pierde el rastro a ella. A la mañana siguiente, intenta buscarla por la zona
donde la dejo. Le pregunto incluso al guardia de seguridad del cementerio. Por
las descripciones que le dio el muchacho, se dio cuenta que se trataba de la
dama de blanco. Por lo que lo llevo hasta la tumba de la joven y allí constato
que se trataba de la misma chica y que, en la pequeña tranquera ubicada al
ingreso del mausoleo, se encontraba colgada su campera.
No se si fue esta historia o alguna similar que fue la
inspiración para escribir la canción “Hotel California”
Fantasma
en el Jardín Botánico: Es un lugar muy concurrido tanto por los lugareños de
Buenos Aires como turistas nacionales y extranjeros. Yo, incluso. Llegue a
visitar este bellísimo espacio hace muchos años y nunca había escuchado esta
historia hasta hace poco.
Según
cuentan trabajadores del lugar, aseguran que en el lugar hay duendes y
fantasmas que asustan, sobre todo, a los gatos. Para quienes conocen este
espacio, afirman que el lugar que mas historias sobrenaturales esconde es el
invernadero.
Los
serenos que hacen guardia durante el turno nocturno afirman que, en las cámaras
de seguridad, se pueden ver imágenes y siluetas blancas. A la mañana siguiente,
las puertas y ventanas son encontradas abierta, aunque las hubieran cerrado la
noche anterior.
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