Experiencia ENACOM Paraná 2017

Hola amigo, ¿Cómo están? Hoy quería hablarles sobre mi primera experiencia ante un congreso de comunicación. En una entrada previa, les comente que quería volver a la ciudad de Paraná, que había estado allí por un congreso, me había parecido una ciudad hermosa y que quería seguir conociéndola. Hoy quiero contarles un poco más acerca de esta bonita experiencia, más que nada para que aquellas personas que nunca estuvieron en uno y tengan pensado ir a alguno, sepa más o menos como es ir a uno.

Por empezar, ENACOM es una sigla que significa “Encuentro Nacional de Carreras de Comunicación”. Y en 2017, como ya les dije, se hizo en la ciudad de Paraná, capital de la provincia argentina de Entre Rios. En este caso, quienes organizaron el evento fue la Universidad Nacional de Entre Rios (por su sigla UNER) junto a FADECCOS (federación argentina de carreras de comunicación social).

Como era la primera vez que iba, decidí ir como asistente. Más que nada para ver cómo era y como se debía presentar una ponencia en un congreso. Además, es la primera vez que iban mucha cantidad de estudiantes de nuestra facultad al encuentro, ya que siempre iban profesores y dos o tres estudiantes avanzados.

Debo decir que, en un inicio, pensé que la inscripción iba a ser algo muy sencillo. Pero no era tan así. Por empezar, tenía que llenar un formulario con mis datos, la facultad donde voy y algunos datos de facturación. Después tenía que ir al banco a pagar la inscripción (si, tenía que pagar. Y yo de bruta pensando que no tenía que pagar nada. Menos mal que era un monto accesible). Los precios variaban de acuerdo a si eras alumno asistente o expositor, graduado asistente o expositor o docente asistente o expositor. El más bajo, que era el que tuve que pagar yo, era de aproximadamente $100 y creo que el precio más alto era de cerca de $600 si no me equivoco. Después tenía que mandar un mail con el formulario de inscripción a una dirección de correo determinada y el comprobante de pago a otra dirección de correo.

La fecha del congreso era el 13, 14 y 15 de septiembre. Pero, el pago había que realizarlo en abril o mayo por transferencia bancaria. La inscripción y el envío de resúmenes de ponencias también había que mandarlos entre esos meses. Pero, la ponencia definitiva creo que se debía enviar en agosto. Les paso el dato para que, si alguna vez van, tengan en cuenta con cuanto tiempo de anticipación hay que hacer los trámites.

En el transcurso del tiempo, teníamos que juntar dinero para pagar transporte y hospedaje. Por lo tanto, decidimos hacer comida, principalmente torta, para vender. Por otro lado, hubo un boliche que nos cedió entradas para vender y ese dinero iba para el viaje. Por último, la Universidad nos pagó el transporte.

Salimos desde la terminal de Olavarria a las 9 de la noche. La distancia hasta Paraná es de unos 830 kilómetros. En colectivo eran unas 12 horas de viaje. Llegamos a las 9 AM a nuestro destino.

El primer detalle que debo mencionar es que la ciudad tiene calles muy angostas por las que al chofer se le dificultaba pasar con el colectivo por ahí. Por lo que nos dejó a todos en un solo lugar y que cada uno debía tomar su rumbo (hacia su hotel o hacia la facultad).

Ya en la institución, nos entregaron el comprobante de pago con una bolsa y los programas de las mesas. A las 11 era la bienvenida y la primera exposición, así que decidimos pasar el rato en una plaza que estaba enfrente. Los lugares allí eran preciosos. 

A eso de las 12 nos fuimos al hotel a hacer el check in. Buscamos nuestras maletas que la habíamos dejado en una de las habitaciones y nos fuimos a la que cada uno correspondía.

El hotel era hermoso. Se llamaba “Punta Bahía”. No era de lujo pero tampoco de mala calidad. Era sencillo y en nuestro caso tenia balcón que daba a la calle. No teníamos mucha vista ya que nos la tapaba parcialmente una palmera. La habitación que nos toco era para seis personas y terminamos durmiendo cuatro. Si quieren saber más de este hotel, aquí les voy a dejar el link a su pagina web y una foto del folleto que tome de la mesa de entradas del lugar.

Debo comentar que el hotel solo tenía servicio de desayuno, por lo que teníamos que salir a buscar comida a algún lado. Cerca de allí había una casa de comida hecha y una despensa, o como le llama ellos una “granjita” (si no es así, que algún entrerriano me corrija).

Después de almorzar, aproveche para ducharme debido a la alta temperatura que hacía y yo que me había ido de manga larga medio abrigada por el frio que hacia arriba del colectivo.

Había tres turnos de exposición. El primero era a las 9 am, el segundo a las 14 pm y el tercero a las 16 pm. Las mismas se dividían de acuerdo a los ejes temáticos. Cada uno podía ir a la mesa que quisiera en el horario de deseaba. Ese primer día fui a la mesa de las 16 horas para poder comer y ducharme tranquila.

Durante el segundo día, me levante un poco tarde, cerca de las 11. Me bañe, me arregle y almorcé y fui a las mesas de las 14 hs. Después, cuando salí recorrí un par de cuadras de la peatonal que estaba allí cerca. En el lugar encontré una tienda gigante que vendía cosas de diseño que se llamaba “Simply”. Debo decir que era un poco caro, aunque si llevabas cierta cantidad de cosas, te hacían un descuento medio importante. Compre varias cosas que me gustaron (y hacían falta en mi casa).

En el tercer día, teníamos que dejar el hotel a las 10:30 am. Baje a las 10 a desayunar. Comí medialunas con una taza de chocolate. Lo primero que hice fue recorrer un poquito más la ciudad. Conocí la catedral por fuera y la plaza que está enfrente. 

Justo pase por una farmacia y vi en la vidriera que tenían las paleta de Maybelline New York que andaba buscando y no podía conseguir. Compre la “The Rock Nudes”, que aquí en el blog ya se las he mencionado antes. Luego almorcé en una estación de servicio que está en la esquina de la facultad. Además, debía hacer tiempo hasta las 14 horas que comenzaban las actividades. Primero fui a una mesa de ponencias. Después fui al ExpoCom, una exposición de trabajos prácticos radiofónicos y audiovisuales. A eso de las 17 hs me retire y me fui a pasear otro ratito a la peatonal y justo me encontré con varias compañeras y me quede charlando.

A las 18 nos fuimos a la última presentación y al finalizar se hizo el cierre del ENACOM, procediendo a mencionar la próxima sede. Si bien nosotros sabíamos que seriamos los próximos en organizar el congreso, teníamos que estar para presentarlo y darles la bienvenida.

Como las 20 horas termino todo. Tome un taxi y me fui hasta el hotel ya que a las 21 nos pasaba a buscar el colectivo que nos traía de vuelta. En esta ocasión, nos pasaba a buscar a todos al hotel donde nos hospedamos. Esto debido al problema que había tenido cuando nos llevó que algunas calles eran angostas y no podía ni doblar ni pasar por ellas. Tenía que retirar la valija y la bolsa con la cartera rota y los regalos. Tenía que cargarle la batería al celular ya que tenía muy poca y eran 12 horas de viaje más la espera en Olavarria mas la hora de viaje hasta Azul.

A las 21, tal y como dijo el chofer, paso a buscarnos. Nos pusieron una cinta para control. Si alguien no es de Argentina y alguna vez va a viajar en colectivo aquí dentro del país quiero explicarles algo: cada vez que viajan, te colocan un precinto en la valija con el nombre de la empresa y te dan un sticker para que después la retires de la baulera, a no ser que la valija la lleves con vos dentro del transporte. Si viajas con bolso de mano, te colocan otro precinto que dice “Ministerio de Seguridad” y “Presidencia de la Nación” con un código QR y te pegan un sticker con el mismo código al pasaje. Este último es el que nos colocaron en las valijas ya que no era una empresa de transporte público, sino que era una empresa privada contratada. Pero aun así debía controlar de la misma manera que el público.

Yo llevaba puesto un vestido corto, un short y un par de sandalias. Con migo, además de la mochila y la bolsa, lleve una campera de cuero y un pulóver que hacía poco me lo había hecho en la clase de costura. Y ¡menos mal! Arriba del micro hacia un frio terrible. Habían prendido el aire acondicionado y me estaba muriendo (que para que yo diga que estaba sufriendo del frio, tiene que ser algo muy exagerado). Así que me tape el torso con la campera y las piernas y los pies con el pulóver. En el trayecto paramos en la terminal de Fighiera, una pequeña localidad de la provincia de Santa Fe perteneciente a Rosario, cerca del límite con la provincia de Buenos Aires. Debían ser las 12 de la noche, un poco más tarde. Fui al baño y la cola para entrar era larga. Mientras tanto aproveche para verme al espejo y note la facha de recién despierta que tenía. Toda despeinada, el pulóver enorme por encima del vestido todo arrugado, las sandalias puestas así nomás y el maquillaje medio corrido.

Una vez que todos volvimos al micro, salimos del lugar pero nos quedamos despiertos. Nos pusimos a hablar entre profesores y alumnos. Fue divertido. Hablábamos de nosotros, de lo que hacíamos, que nos gustaba hacer y por ahí comenzaron a contar historias de terror. Y a los que estaban distraídos los asustaban.

Después de un largo rato, nos dormimos. En mi caso, me desperté pasando Azul. El colectivo no paraba. Por eso tuve que ir hasta Olavarria. Llegamos como las 9 y media a la terminal. Si bien era sábado cursábamos a las 10. Pero como nadie iba y no podía ir en colectivo hasta la facultad ida y vuelta y no tenía mucha plata para un taxi, decidí sacar el pasaje para Azul y volverme a mi ciudad de origen. El micro salía a las 10:45. Aproveche para ir al baño a acomodarme un poco el aspecto. Me quedaba algo de dinero, aunque no mucho, así que compre en el kiosco algo para comer ya que no ingerí nada desde la tarde anterior y tenía hambre. El colectivo llego.  Me pusieron la valija en la baulera y subí al colectivo. Mientras que afuera hacía calor, adentro del micro estaba fresco. El micro salió con 15 minutos de demora. A las 12 llegue a Azul. Mi mama me fue a buscar. Y después de varios días, llegue a mi casa. El calor era terrible. Y esa misma noche, fui a visitar a mi abuelo para saludarlo por su cumpleaños.

En cuanto a mi experiencia en el ENACOM fue muy agradable, aunque no debo olvidar de mencionar la desorganización que hubo por parte de la gente de la organización. Por primera vez pude ver cómo era un congreso. Paraná es una ciudad hermosa con gente muy amable a la que me encantaría volver.

Esta fue mi experiencia en el ENACOM Paraná 2017. Espero que les haya gustado. Nos leemos en una próxima entrada.